- El blog de Luisa Chico
- 10 abr 2020
- 1 Min. de lectura

Amanece, que no es poco.
Entre nubarrones gris oscuro se abre una brecha de luz dorada.
El sol lucha por iluminar al mundo y yo lo observo desde mi ventana.
Amanece, que no es poco.
Un gato cruza indolente el aparcamiento.
Camina despacio, altanero, sabedor de ser el amo de la calle en este amanecer.
Los pájaros cantan al nuevo dÃa desde los árboles de la placita cercana.
El aire fresco de la mañana acaricia mi rostro alejando de él las señales de la noche.
Doy el último sorbo al café que casi se enfrÃa en mi taza.
Amanece, que no es poco.