Emulando parcialmente al ilustre poeta yo dirÃa hoy: «PodrÃa escribir los versos más dulces esta noche...» y en cada renglón expondrÃa un momento de ensoñación aterciopelada. Si cierro los ojos aún puedo verte ahÃ, en mi retina, cerca del mar que tanto amamos. PodrÃa escribir los versos más dulces esta noche pero… ¿acaso unos simples versos serÃan capaces de expresar todo lo que siento?
Y no me estoy refiriendo a esos versos de lÃneas inconexas, donde se sepultan en metáforas las palabras que realmente describirÃan el sentimiento que los inspiró. Me refiero a los otros, a los versos donde borbotean emociones cálidas y fácilmente reconocibles solo con que el lector posea un ápice de sensibilidad.
Yo podrÃa escribir los versos más dulces esta noche. Y serÃan dulces porque hablarÃan de ti, de mÃ, de sol y de arena, de complicidad, vivencias, cariño, en definitiva hablarÃan de amor. Ese amor que pocos conocen, el que lo da todo a cambio de nada, sin esperar nada, sin aspirar a ser nada más que lo que es, pero sabiendo que en ese nada está la fuerza del amor en sà mismo. Ese amor que no precisa de compromisos, que no sabe de frecuencias, que no necesita etiquetas, ni tiempos, ni prisas. Ese amor que solo es… amor.
Pero he elegido hoy la prosa poética para hablar de ello, quizá, porque ya existen muchos cantos al amor con rima o sin ella, pero en lecho de poesÃa, yo misma he cabalgado sobre etéreas alas en pos de lunas y estrellas salpicando de pétalos de rosas el camino. O tal vez porque me resulte más sencillo divagar entre palabras y recuerdos, de esos que te llenan la vida sin saber muy bien por qué, sin buscar cadencias ni rimas, solo fluyendo en la dulzura que inunda mi mente ante tu recuerdo.
PodrÃa escribir los versos más dulces esta noche. Porque en mi pervive aún el sonido de tu voz desgranando confidencias, el aroma de tu cuerpo impregnado de salitre, el roce de tu piel ardiente de sol, el beso en mi mejilla, el abrazo protector… tu cariño sin medida… tu corazón y mi amor.
Que reine la prosa en esta noche dulce que pone broche de oro a un dÃa donde la magia se ha hecho presente.