top of page
  • Foto del escritorEl blog de Luisa Chico

Mi maleta negra


Mi maleta negra llegó a casa como regalo de bodas en la primavera de 1975.

Era una Samsonite de piel y pesaba mucho, incluso vacía. Pero era resistente a los embates de los viajes, al maltrato en los aeropuertos, al ir y venir por el mundo.

Juntas visitamos muchos lugares de las islas, la península y el extranjero. En su interior transportó ropas de verano o invierno y, principalmente, trajes de magos. Siempre estuvo conmigo en esas giras del folclore que me llevaban aquí y allá. Lo más lejos que voló fue a México en aquella interminable gira de 15 días que se me hizo eterna. Todavía me pregunto como ella y yo sobrevivimos a aquel agitado viaje en el que recorrimos todo el estado de Cohauila, cada noche en una ciudad y un hotel diferente. Horas y horas subidas en autobuses que nos desplazaban por el inhóspito norte de México.

Pero mi maleta no solo transportó ropa y zapatos, sino secretos, ilusiones, emociones… vida.

Mi querida maleta negra salió de mi vida un día del mes de mayo, treinta y dos años después, llevando las pertenencias de mi esposo, el día que nuestras vidas cogieron rumbos diferentes.

Luego fueron otras maletas las que acompañaron mis desplazamientos, maletas azules, malvas, blancas con dibujitos, la mayoría regalos de mis amigos, pero si tengo que pensar en una maleta especial para mí esa siempre será mi sufrida maleta negra.

10 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page