Déjame soñar que vienes
con la ternura en los dedos,
rozando mi piel ansiosa
enredándote en mi pelo.
Y soñar que ese café
vuelve a saber a canela,
los sonidos de un bolero
recorriendo está mis venas.
Déjame soñar despacio
cuando no me pueden ver,
cuando dejo que esa lágrima
ponga salitre en mi piel.