Las aguas inquietas y turbulentas
se han vuelto mansas de nuevo.
El rÃo de la vida se desliza
monótono y tranquilo,
intentando superar este remanso
en que ha caÃdo por tu ausencia,
en pos de un nuevo mar
en el que diluirse por completo
fundiendo asà sabores y olores,
abrazos y amor.
Nada es igual, ya nada es igual.
Tú no estás y contigo se fueron
las brisas que removÃan inquietas
las aguas de mi existencia
dándoles un motivo para fluir,
para avanzar, para… vivir.
Nada es igual, ya nada es igual.
Ahora fluyo gota a gota,
llueve desde mis ojos aumentando asÃ
el caudal de ese rÃo ajeno a mÃ
que llaman vida.
Intento avanzar minuto a minuto
aferrándome a cualquier orilla
desde la que sople una efÃmera brisa,
para, al menos, sentir que sigo respirando
a la espera del Alisio
que me impulse de nuevo.
Nada es igual, ya nada es igual.
Pero yo sigo aquÃ,
entre las aguas mansas de mi existir.
(Adelanto de mi próximo poemario "EX")