Soy una isla perdida
en el profundo mar de la tristeza.
Navegando de nuevo en aguas de abandono y apatía
pongo rumbo a lontananza
tratando de alejarme de ti,
de todo… de mi.
Mi corazón herido de ausencias de amor,
de tu amor, de mi amor, de nuestro supuesto amor,
sangra impenitente incapaz de recomponerse esta vez,
esta vez no… duele demasiado tu ausencia.
Ya ni miro a lo lejos esperando verte llegar,
porque sé que, simplemente,
no querrás volver a mi orilla,
esa donde la vida te hizo encallar por un tiempo,
sin quererlo ni buscarlo,
atraído por mis cantos de sirena vieja
que aúlla en la noche por ese amor que nunca tuvo.
Tendiste tu cuerpo en la arena
y me dejaste amarte bajo la luna,
sin pensar que luego, cuando te fueras,
el dolor me impediría respirar ese aire de salitre y mar
sin que cada latido de espuma me recordara a ti.
Soy una isla perdida en un mar
que ya no siento cómplice ni amigo.
Donde los sueños ya no consiguen atravesar
las densas nubes grises que cubren mi cielo vital.
Donde las lágrimas se han fundido, sal con sal.
Ansío tu voz inundando mi espacio.
Tus abrazos aprisionando por siempre mi cuerpo.
Tus labios libando en mi boca
y arrebatándome hasta el último aliento de vida.
Esa vida que solo es vida si estás tú.