Domingo

Mañanas de letras

y tardes de cine.

Noches de nostalgias

dolientes y tristes.

Se aletarga el tiempo

que está por venir,

vacío el presente

se hace sentir.

Afuera el Alisio

sopla con clamor,

en este domingo

carente de amor.

Con la musa puesta

Amanecí con la musa puesta,

añorando abrazos,

anhelando ausencias,

masticando olvidos.

Enlacé palabras,

suspiré el dolor,

ahogué un lamento,

restañé la herida.

Volé alto y lejos,

calculé en distancia

lo que quedó atrás,

lastre de mi alma

y que he de olvidar.

Doblegué mi orgullo,

asumí las culpas,

planeé en la nube

sobrevolando el mar.

Te busqué en la roca

para no encontrar,

tu presencia en mi

ni en mi caminar.

Epílogo

Cuando yo me vaya

no quiero que llores.

Que suene la música,

enlazando acordes,

tan solo una rosa

si me llevas flores,

que hable la luna

recordando amores,

los símbolos vivos

de tantas pasiones.

Cuando yo me vaya

no quiero que llores.

Recuérdame siempre

al mirar las flores,

si suena un bolero,

cuando te enamores.

Cuando yo me vaya

no quiero que llores.